Pilotos prácticos, héroes anónimos

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Por: Hugo Leonardo Valenzuela Guzmán

Existe un oficio muy importante para que personas como usted o como yo podamos obtener cierto tipo de productos importados en la alacena. Tal vez, el carro de sus sueños que separó hace poco en el concesionario, o el repuesto para el vehículo usado que se dificulta conseguir en Colombia, o el juguete que sus papás les regalaron cuando eran niños y que solo se veía por la televisión.

Pues bueno, ellos se llaman «pilotos prácticos; que son personas expertas en el conocimiento de las condiciones meteorológicas, oceanográficas e hidrográficas de la jurisdicción de una capitanía de puerto marítima o fluvial específica. También, de la reglamentación internacional para prevenir abordajes, de las ayudas a la navegación circundante y capacitada para atender las consultas de los capitanes de los buques, atender el entrenamiento de los aspirantes a piloto práctico y de los pilotos prácticos por cambio de categoría y/o de jurisdicción. Deben estar acreditados con la licencia que expide la Autoridad Marítima Nacional, en la categoría correspondiente. En términos más sencillos, su misión es guiar a los capitanes de los buques que entran y salen de los puertos colombianos, y coordinan las maniobras de atraque, fondeo y zarpe. Esto lo hacen sin tocar una sola vez el timón ni quitarle el mando al capitán de cada barco.

Para conocer un poco más sobre esta loable labor, tuve una extensa y enriquecedora charla con el señor Vicealmirante (RA) Juan Manuel Soltau, presidente de ANPRA (Asociación Nacional de Pilotos Prácticos de Colombia) y con el piloto práctico Luis Martínez que tiene una vasta experiencia en el tema sobre esta profesión que muy pocos conocen, pero que es de vital importancia para el país.

Me contó, por ejemplo, que ANPRA nace en 1993 y es una asociación sin ánimo de lucro, creada mediante Providencia Administrativa No. 528 del 17 de Septiembre de 1993, emitida por la Alcaldía Mayor de Bogotá. En la actualidad, agrupa a la mayoría de los pilotos prácticos del país. Él tomó las riendas de dicha institución como presidente desde septiembre del año 2020.

La necesidad de crear la asociación nace con la ley 30 de 1991; los pilotos prácticos dependían de Colpuertos y eran pilotos públicos. En 1991 se reorganiza todo el sistema portuario y surgen los pilotos como entes independientes, trabajando en empresas de practicaje que ofrecen sus servicios a los navieros que importan y exportan a través de las instalaciones portuarias. Fue allí cuando los antiguos pilotos de Colpuertos, que quedaron dispersos por los distintos puertos del país, iniciaron un proceso de comunicación en el cual mejoraron su entrenamiento.

A finales del siglo 20, los barcos siguieron creciendo en tamaño y las instalaciones portuarias se multiplicaron y crecieron muchísimo. Todo esto hizo necesario un nivel mayor de profesionalización, una defensa gremial activa y una actuación en frente de la autoridad. Se hizo imperativo diseñar leyes, hacer nuevos decretos de reglamentación para que estuvieran muy claras las responsabilidades de «los prácticos», cuales eran sus obligaciones y como se resolvía un incidente en puerto o un accidente a través de una investigación jurídica que hace la dirección general marítima.

Actualmente, son 62 integrantes y hacen presencia en los puertos de Buenaventura, Tumaco, Coveñas, Cartagena, Turbo, Barranquilla, Santa Marta, Puerto Brisa y Puerto Bolívar. Este último exclusivamente carbonífero (Cerrejón).

Bajo este contexto, surge una gran pregunta, ¿todos son ex integrantes de la Armada de Colombia o de la antigua Flota Mercante Grancolombiana? La respuesta es que para llegar a ser piloto práctico se puede llegar por dos vías; una es tener la graduación como oficial naval de superficie o de submarino, o tener la graduación como oficial mercante, ambos de la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla. El otro requisito es tener experiencia como capitán o tripulante de naves marítimas bien sea de rutas mercantes o en rutas navales. Eso los habilita para inscribirse ante la dirección general marítima y concursar. No obstante, antes también deben tener unos cursos para tal fin que exigen, y que duran entre año y medio y dos años.

El Capitán Luis Martínez (oficial retirado de la Armada Colombia en 1997), piloto práctico desde hace 21 años, nos explica que en su oficio existen 3 categorías; se empieza siendo piloto práctico de segunda y permanecen ahí cerca de 5 años haciendo maniobras en un puerto específico para subir a la siguiente categoría que es piloto de primera, y después de otros 5 años subir a la máxima categoría que es piloto maestro. Esas 3 categorías se diferencian por el tamaño de los barcos en los cuales se pueden hacer operaciones. Los pilotos de segunda van hasta diez mil toneladas, los de primera, de diez mil hasta cincuenta mil y los pilotos maestros de cincuenta mil en adelante. Cuando se habla de tonelaje se habla del tamaño del barco, del peso del barco y del peso de la carga. Entre más pesada la embarcación, más difícil será maniobrar dentro de un canal o puerto.

También quise indagar cuál es el puerto colombiano que presenta más retos y en donde se dificulta más la labor de los pilotos prácticos, a lo que ellos me respondieron que cada uno tiene sus particularidades y su especialidad, pero que en este momento por las condiciones de la marea, el dragado y el tamaño de los barcos que están entrando, es Buenaventura.